El arte de convivir.

Primera clave: Lo que pienso. En cuento te lo cuento...

Como expusimos en la entrada anterior, vamos a ir aprendiendo algunas de las cosas que nos pueden ocurrir cuando comunicamos, centrándonos en las dificultades que puedan surgir. Estas dificultades variarán según cada persona, de modo que habrá temas que te podrán resultar novedosos, otros te ayudarán a confirmar que lo que haces ayuda y otros, te parecerán obvios. Toma lo que te sirva.

Hoy comenzamos con el primer paso al que llamamos “lo que pienso” y para comenzar os traemos un cuento: “6 SABIOS CIEGOS Y EL ELEFANTE” cuento popular de la India, atribuida a Rumi, sufí del s. XIII.

(Si quieréis verlo en vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=iKEkwMR8cFQ)

“Seis hindúes sabios, inclinados al estudio, quisieron saber qué era un elefante. Como eran ciegos, decidieron hacerlo mediante el tacto.
El primero en llegar junto al elefante, chocó contra su ancho y duro lomo y dijo: «Ya veo, es como una pared».

El segundo, palpando el colmillo, gritó: «Esto es tan agudo, redondo y liso que el elefante es como una lanza».

El tercero tocó la trompa retorcida y gritó: «¡Dios me libre! El elefante es como una serpiente».

El cuarto extendió su mano hasta la rodilla, palpó en torno y dijo: «Está claro, el elefante, es como un árbol».

El quinto, que casualmente tocó una oreja, exclamó: «Aún el más ciego de los hombres se daría cuenta de que el elefante es como un abanico».

El sexto, quien tocó la oscilante cola acotó: «El elefante es muy parecido a una soga».

Y así, los sabios discutían largo y tendido, cada uno excesivamente terco y violento en su propia opinión y, aunque parcialmente en lo cierto, estaban todos equivocados.”

¿Alguna vez te ha pasado que, al igual que los sabios, has estado discutiendo mientras defiendías tu interpretación frente a otra interpretación?

¿Sueles tener en cuenta la posibilidad de ver la situación de otra manera diferente?

A veces, en casa, “como ya nos conocemos” damos por hecho que vamos a reaccionar siempre igual y nos saltamos la oportunidad de cambiar. ¿Cómo sería mirarnos con ojos nuevos: cambiarnos roles o funciones por un día; cambiar las normas por un rato, etc?

¿Qué más se te ocurre para daros más espacio?

Saioa Albizuri Lauzirika

Terapeuta Gestalt, consultora y facilitadora

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