Nadie dijo que fuera fácil, a veces tenemos la sensación de no ser capaces de llegar al corazón de nuestros/as hijos/as. Y con una mezcla de pena, enfado y frustración dejamos que los días pasen sin saber que hacer para poder comunicarnos de una manera sana y positiva.
- Poner el foco en lo que hacen bien. Si nos ponemos en su piel, ¿cómo nos sentiríamos si tuviéramos persiguiéndonos por la casa a nuestros padres y madres resaltando únicamente lo que no hemos hecho o lo que hemos hecho mal? Por eso es importante que cambiemos el chip, y que empecemos a poner el foco en lo que SÍ hacen y en las cosas positivas que aportan.
- Empezar por nosotros mismos/as. Empezar a poner en valor lo que hacemos bien como padres/madres. Muchas veces nuestro nivel de autoexigencia y una perspectiva equivocada, hace que estemos con el juez constantemente recalcando lo que no estamos haciendo bien y pasan desapercibidas las muchas cosas que sí hacemos bien. Evidentemente siempre hay cosas que se pueden mejorar, pero el simple hecho de que nos cuestionemos y que cada día busquemos la formula para intentar hacer las cosas mejor ya es un gran paso.
- Introducir en nuestro vocabulario: Gracias, te echo de menos, me gusta pasar tiempo contigo, te quiero…
- Comer o cenar juntos para comentar la jornada, pasar tiempo de calidad para poder hablar.
- Mostrar interés por lo que nos están contando, dejar de hacer lo que estemos haciendo para tener contacto visual. Y si en el momento no puedes díselo, “dame 10 minutos y ahora estoy contigo”
- Parafrasear lo que te están diciendo, repetir alguna de las palabras para que sepan que estas escuchando ACTIVAMENTE.
Estas y muchas otras estrategias son las que aprenderemos y compartiremos en los talleres de Aizu familiak Barakaldo, herramientas prácticas para el día a día.
¡Os esperamos!
Hola!
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